jueves, 20 de mayo de 2010

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE CHILE.


Señor

Sebastián Piñera Echenique

Palacio de La Moneda

Santiago Chile.


Señor Presidente:


Con un alto grado de alarma veo que en el Ministerio del Interior, en el programa de Derechos Humanos, se han atrincherado y en algunos casos han sido mantenidos en sus cargos, personas a las que motiva solamente una venganza absurda contra los uniformados que en el pasado debieron enfrentar a la subversión y el terrorismo, los que incluso están actuando contra personas designadas por Usted para altos cargos Nacionales.

La mayoría de los uniformados en situación de retiro votaron en las elecciones presidenciales por la opción encabezada por Usted por considerar que su llamado a la Unidad Nacional era la única forma de lograr sacar al país del pantano en que le sumió la concertación y por su compromiso, adquirido en la reunión del Circulo Español, de terminar con las injusticias que afectan a este sector ciudadano.

Creo que está demás que le informe que las cárceles chilenas están llenas de aquellos que con bravura debieron defender al país y a la ciudadanía del aleve y cobarde ataque del que fuimos objeto por parte de los esbirros de la ex URSS o que le cuente la cantidad de ancianos prisioneros o la cantidad de moribundos que se pudren el los presidios chilenos sin que se les conceda siquiera los beneficios que se da a los delincuentes.

Señor Presidente, no estoy pidiendo un trato especial para nuestra gente, aunque soy civil y no participé en el Gobierno Militar soy agradecido de la obra de esa Administración, por lo que los considero de los nuestros, solo solicito que se les juzgue con estricto apego a las Leyes vigentes y se les conceda los beneficios intra-penitenciarios a los que tienen el pleno derecho a acceder y que les han sido permanentemente negados.

Pienso que en aras de esa mentada Unidad Nacional, por la que hasta el momento nadie ha hecho nada, se debe modificar esta situación, porque la mantención de juicios amañados, en los que se contemplan situaciones anómalas en las que se ha invertido el peso de la prueba, obligando a los acusados a probar su inocencia, en vez de obligar a los acusadores a probar la culpabilidad, están estableciendo ciudadanos de segunda categoría, una especie de parias, a los que se les niega sus derechos.

Considero inconcebible que habiendo personas que llevan más de 20 años prisioneros no puedan acceder a beneficios tan básicos como los permisos de salida dominical ó la prisión domiciliaria en los casos de más extrema gravedad para que mueran entre los suyos, a pesar, de saberse que se les acusa del delito de haber cumplido las ordenes recibidas y en muchos de los casos recurriéndose a falsos testimonios para lograr condenarles de una manera arbitraria e injusta.

Usted en su campaña planteó que todos los chilenos tendríamos una segunda oportunidad si es que habíamos equivocado el camino, como la tuvieron todos los extremistas, aún los acusados por delitos de sangre, sin ninguna necesidad de demostrar que se han rehabilitado, y que a estos Oficiales, suboficiales e inclusive a gente de Tropa sencillamente se les han denegado de una manera que considero ilegal y absolutamente alejada de la moralidad que caracteriza a los chilenos.

Agradeciendo la gentil atención a estas líneas, le saluda con atención,

Mario Montes.


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